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Smart IP para América Latina - VI Conferencia Anual 2025, Colombia
07.05.2025 - 07.05.2025

Nutrición global: Bioinsumos, innovación y prácticas agrícolas sostenibles

La VI Conferencia SIPLA fue realizada el día 7 de mayo de 2025, en el Distrito de Ciencia, Tecnología e Innovación de Medellín, Colombia. Este evento internacional de la Iniciativa Smart IP para América Latina tuvo lugar en la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, donde se reunieron expertos provenientes de Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y México para analizar el potencial y los desafíos técnicos y jurídicos de los bioinsumos para la producción sostenible de alimentos desde el sector público, empresarial y académico.

Se discutió si los bioinsumos pueden representar una posible solución para la sostenibilidad, en la medida en que podrían compensar las consecuencias climáticas de la actividad agrícola; para la seguridad alimentaria, dado que podrían aumentar la producción y acceso a alimentos nutritivos, y para el desarrollo, puesto que podrían reducir la dependencia tecnológica a químicos nocivos en un mercado esencialmente concentrado.

Para ello, se consideraron los marcos regulatorios y los incentivos para el uso de bioinsumos en América Latina en la producción y exportación de alimentos, su apropiación tecnológica en la agricultura empresarial y familiar, y los costos transaccionales que supone su utilización, especialmente en la gestión del conocimiento tradicional. 

Bajo la premisa de que diferentes medios técnicos pueden requerir medidas jurídicas diferentes y diferenciadas, se debatieron los retos, el potencial, los límites y las regulaciones nacionales y regionales en materia de bioinsumos, así como el rol de América Latina para aportar a la nutrición global a través de estas tecnologías.

Acto de apertura

La apertura estuvo a cargo de los representantes de las instituciones anfitrionas. John Fredy Pulgarín Sierra, Vicepresidente de Desarrollo Empresarial y Competitividad de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, y el Padre Diego Marulanda Díaz, Rector General de la Universidad Pontificia Bolivariana, ofrecieron un saludo de bienvenida. A continuación, el Prof. Dr. Reto Hilty, Director de la Iniciativa SIPLA y Director Emeritus del Instituto Max Planck para la Innovación y la Competencia en Múnich, Alemania, hizo la presentación e instalación de la VI Conferencia SIPLA.

El Prof. Hilty se refirió a los proyectos de investigación que surgieron de anteriores versiones de la Conferencia y que actualmente adelanta la Iniciativa SIPLA sobre energía y alimentación e indicó que lo que tienen en común estas cuestiones es “la urgencia con la que se plantean, sobre todo en vista de las condiciones cambiantes, especialmente las climáticas”. Agregó que “en última instancia sabemos muy bien que sólo con la ayuda de innovaciones tecnológicas seremos capaces de superar los desafíos existentes”. Añadió que, en lo que respecta a la nutrición global, esencialmente se deben tener en cuenta tres niveles en la cadena de valor: 

  1. El primer nivel es “la agricultura como tal, en la que hay dos niveles: Por un lado, se trata de los productos primarios que produce la agricultura a partir de los cuales se obtienen los alimentos finales mediante diversos procesos”; “la base de éstos son las plantas y los animales útiles” y “aquí la innovación se centra en optimizar estas plantas y animales como tales, de modo que, por ejemplo, sean más resistentes y prosperen a pesar de las condiciones ambientales cambiantes”. Por otro lado, “se trata de los procesos de producción de estos productos primarios”.

  2. El segundo nivel “se trata de una serie de etapas adicionales en las que tienen lugar otros procesos necesarios para obtener alimentos terminados y aptos para el consumo”, son procesos “ya no para la producción de productos primarios, sino para la elaboración de éstos. No hace falta decir que aquí también es urgente innovar para que dichos procesos sean más eficientes y más sostenibles”.

  3. El tercer nivel se refiere a la “distribución de los alimentos hasta que éstos llegan finalmente a la mesa del consumidor. Es evidente que la innovación es decisiva en este ámbito para reducir los efectos negativos y frenar el cambio climático”.

Precisó que, en esta Conferencia, interesa el primer nivel relativo a la agricultura, y, dentro de éste, el segundo subnivel, es decir, la gestión de la producción de productos primarios. Indicó que “nos interesa cómo se pueden optimizar estos procesos de producción agrícola, por ejemplo, reduciendo el uso de recursos como la energía, el agua, etc., pero también, y en particular, utilizando sustancias menos contaminantes, como fertilizantes o insecticidas. Y justamente en este último punto se centra nuestra Conferencia de hoy, que se ocupa de los bioinsumos. En concreto, queremos aclarar en qué medida los bioinsumos pueden ayudar a producir cultivos útiles de manera más sostenible”.

Anotó también el Prof. Hilty que “cuando se habla de innovación es natural pensar rápidamente en las patentes. Una de nuestras preguntas fundamentales es, por tanto, qué papel juegan las patentes realmente, tanto en sentido positivo, como negativo. De hecho, tenemos que tener en cuenta que las patentes ya existentes y en manos de terceros no sólo pueden dificultar el desarrollo ulterior de una tecnología, sino que también pueden impedir que se utilice una tecnología existente, por ejemplo, una tecnología sostenible. Sin embargo, existen innumerables factores, muchas veces aún más relevantes que las patentes, que crean incentivos para la innovación o destruyen los incentivos para innovar” y, por ello, “preguntamos por el marco regulatorio en general, más allá de los derechos de patentes”, y “por el papel especial que jugará América Latina”, que es “el ADN de nuestra Iniciativa Smart IP for Latin America”.

Ponencias: Diferentes miradas sobre los bioinsumos

Para introducir la discusión, se presentaron diferentes miradas sobre los bioinsumos desde la perspectiva local, nacional e internacional. Adriana Vanegas Niño, representante de la Dirección Técnica de Inocuidad e Insumos Agrícolas del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) se refirió al impacto de los bioinsumos y biofertilizantes en la agricultura colombiana, precisando sus definiciones técnicas y su clasificación a partir de la reglamentación nacional correspondiente. Así mismo, hizo alusión al fortalecimiento de la industria de los bioinsumos, especialmente desde la investigación y la innovación, al igual que a los desafíos que enfrenta la regulación de los mismos. Anotó que el gran reto es garantizar la protección fitosanitaria y la seguridad alimentaria con calidad, inocuidad y eficacia y que, si bien cada país es autónomo en los procesos regulatorios, la búsqueda de mecanismos de armonización es una herramienta para unificar el criterio técnico con miras a facilitar el comercio.

Por su parte, Carolina Salazar López, Directora de Proyectos Estratégicos de la Corporación Ruta N Medellín, resaltó la necesidad de que el conocimiento sobre los bioinsumos pueda ser apropiado por toda la sociedad, desde los pequeños hasta los grandes agricultores, para lograr territorios sostenibles. Indicó que, si bien el Valle de Aburrá es un hubproductivo con un impulso regulatorio y académico, existen desafíos, tales como la consolidación del mercado y el aprovechamiento de la biodiversidad; la superación de retos logísticos; el mejoramiento de la infraestructura, y el incremento de las oportunidades de inversión. Anotó que Ruta N, como epicentro de ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento, puede aportar desde su rol como líder y articulador del Estado, la academia, las empresas, la sociedad civil y los actores internacionales. Además, explicó algunas estrategias y proyectos clave que tiene actualmente la entidad.

Finalmente, Harold Gamboa Morillo, representante del Programa de Innovación y Bioeconomía del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en Costa Rica, afirmó que los bioinsumos son instrumentos de política pública en el modelo de desarrollo agrícola de América Latina y el Caribe. Presentó un comparativo de los enfoques internacionales vs. Latinoamérica sobre la definición y alcance del biocontrol y los bioinsumos, la inclusión de biofertilizantes y bioestimulantes, y la existencia de una categoría integrada de “bioinsumos”. Tras puntualizar su definición, su clasificación y sus diversos enfoques a nivel regional, hizo alusión a las dinámicas globales que están transformando los bioinsumos en una prioridad estratégica para los sistemas agroalimentarios, especialmente las tendencias, la sostenibilidad, la demanda del consumidor, las políticas públicas y el mercado global, en el cual América Latina es protagonista. A continuación, presentó un diagnóstico sobre los avances, fortalezas y brechas que definen actualmente la base científico-tecnológica y normativa de los bioinsumos en la región, enlistando el marco regulatorio en la materia.

Para terminar, Harold Gamboa refirió iniciativas para articular esfuerzos y generar sinergias para acelerar el desarrollo y adopción de los bioinsumos en América Latina, tales como la “Plataforma Hemisférica de Bioinsumos”. Señaló que la verdadera potencia regional de los insumos biológicos radica en su articulación con prácticas de manejo integrado de plagas y nutrición; que la brecha entre la investigación y mercado de estas tecnologías limita su adopción, competitividad y sostenibilidad en el sector; que resulta imprescindible diseñar mecanismos financieros integrados para su desarrollo tecnológico, y que la heterogeneidad regulatoria, los procesos burocráticos y la falta de marcos específicos actualizados dificultan el acceso, innovación y expansión de estas tecnologías.

Panel 1: Los bioinsumos como herramienta para la producción sostenible de alimentos

El primer panel fue moderado por Maria Alejandra Echavarría Arcila, Investigadora del Observatorio de Buenos Aires de la Iniciativa SIPLA y de la UPB, y los panelistas invitados fueron Carlos Alfonso Mosquera Guerrero, Gerente de la Empresa AGROAP en Cali, Colombia; Jerri Edson Zilli, Investigador de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA) en Rio de Janeiro, Brasil, y Mariluz Betancur Vélez, Líder del Foco de Agua, Alimentación y Territorio de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) en Medellín, Colombia.

En este panel se analizó el potencial de los bioinsumos, debatiendo si éstos pueden sustituir los agroquímicos en América Latina en los próximos 5 a 10 años. Además, se discutieron los principales desafíos, problemas y límites de los bioinsumos desde el punto de vista tecnológico, respecto de su producción y en relación con la agricultura tradicional.

Panel 2: Bioinsumos en América Latina

El segundo panel fue moderado por Andrés Pareja López, Investigador de la Universidad CES, y los panelistas invitados fueron Catalina Gómez Hoyos, Investigadora del Grupo de Investigaciones Agroindustriales (GRAIN) de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín, Colombia; Juan Mauricio Rojas, Director del Centro de Investigación La Selva de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (AGROSAVIA) en Medellín, Colombia; Nicolás Pinel Peláez, representante del Clúster Agroalimentario de la Cámara de Comercio de para Antioquia en Medellín, Colombia, y Ramiro Picasso, Responsable de Propiedad Intelectual de Surcos S.A. en Santa Fe, Argentina.

En este panel se debatió si América Latina tiene el potencial para asumir un rol protagónico en la innovación y aplicación de bioinsumos, mediante su producción local, la utilización de bioinsumos adquiridos y la agricultura tradicional, considerando especialmente el acceso a las tecnologías, a pesar de la protección de patentes, y las condiciones del comercio global.

Panel 3: Marcos regulatorios en materia de bioinsumos

El tercer panel fue moderado por Juan Ignacio Correa, Investigador del Observatorio de Buenos Aires de la Iniciativa SIPLA, y los panelistas invitados fueron Carlos Ernesto Arcudia Hernández, Investigador de la Universidad Autónoma de San Luis de Potosí en México; César Augusto Molina Saldarriaga, Coordinador de Investigación de la Escuela de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín, Colombia; Jhonny Alexander Herrera Mejía, Investigador de la Institución Universitaria ITM en Medellín, Colombia, y José Manuel Álvarez Zárate, Asesor en asuntos internacionales y regulatorios para el sector de agroquímicos en Bogotá, Colombia.

En este panel se discutió a qué nivel cuentan los países latinoamericanos con regulaciones específicas relacionadas directamente con bioinsumos y, en particular, con su exportación, su autorización de comercialización, la producción de alimentos y la exportación de productos alimenticios.

Panel 4: Propiedad intelectual, rol de América Latina e integración regional

El cuarto panel fue moderado por Nicolás Martín Hermida, Investigador del Observatorio de Buenos Aires de la Iniciativa SIPLA, y los panelistas invitados fueron Adrián G. Rodríguez, Jefe de la Unidad de Desarrollo Agrícola de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago, Chile; José Joaquín Vieda, Gerente General de Gowan Colombia en Rionegro, Colombia; Marcelo Grabois, Profesor y consultor en propiedad intelectual, inteligencia estratégica y gestión de la innovación en Santa Fe, Argentina, y María del Pilar Noriega Escobar, Directora de Investigación, Desarrollo e Innovación de Daabon Group en Colombia.

En el último panel se analizó a qué nivel influyen actualmente los países de América Latina en la innovación y producción de bioinsumos, especialmente con incentivos para aumentar la inversión privada. Así mismo, se discutió si en la región se utilizan mecanismos de incentivos negativos para desplazar o discriminar a la agricultura tradicional o a los alimentos que ésta produce.

Acto de clausura

Para terminar, los moderadores de los paneles, Maria Alejandra Echavarría Arcila, Andrés Pareja López, Juan Ignacio Correa y Nicolás Martín Hermida presentaron las principales conclusiones de estos espacios de discusión.

Sobre el primer panel, la moderadora indicó que se evidenció que, en relación con los bioinsumos, hay grandes diferencias a nivel regional, marcadas por las diversas condiciones a nivel tecnológico, económico y social. Así, en veces, el reto no es sólo acceder a los bioinsumos, sino también poder producirlos.

En este panel se mencionaron distintos desafíos, tales como la obtención de información objetiva sobre el impacto real de los bioinsumos, dado que generar una línea de conocimiento es importante para poder avanzar y tener documentación y trazabilidad. Sobre el particular, los marcos regulatorios tienen como reto la gestión de este tipo de información, que técnicamente es necesaria, pero que puede estar protegida por el sistema de propiedad intelectual o el derecho de la competencia.

Una cuestión económica adicional anotada se refiere a que, dado que los insumos representan un porcentaje relevante en los costos operacionales, la diferencia en el precio de los insumos sintéticos y de los bioinsumos puede determinar el acceso o adquisición de uno u otro. Si bien se planteó la alternativa de combinar diferentes tipos de agricultura para gestionar no sólo los costos, sino también las prácticas sostenibles, se debería incentivar la utilización conjunta de estas tecnologías desde los marcos regulatorios y las políticas públicas. Por ahora, como advirtieron los panelistas, no se trata de sustituir, sino de complementar estos productos agrícolas.

También se destacó la necesidad de un énfasis en el conocimiento del suelo, que es uno de los elementos más importantes en la agricultura, pero es al que menos se aplican insumos. Además, resulta fundamental producir bioinsumos de calidad y con estabilidad, lo cual implica que se requiere incentivar estas condiciones en la producción y aplicación de los mismos. Adicionalmente, el desarrollo tecnológico y el uso de los bioinsumos pueden verse limitados ante la existencia de derechos exclusivos y excluyentes de propiedad intelectual, lo que comporta líneas de acción interesantes desde las regulaciones regionales.

Se demostró igualmente en el primer panel que algunos países adolecen de la capacidad de satisfacer la demanda del mercado de bioinsumos, pero en otros países la situación es distinta, así que el desafío es el fortalecimiento del comercio internacional y la promoción y facilitación de la producción de estas tecnologías a través de diferentes actores, como las empresas tradicionales y también las start-ups.

Finalmente, en el panel se hizo un llamado a que se una el sector público y privado para poder contar con productos de larga vida que sean competitivos con los químicos y se alertó sobre la necesidad de incrementar la formación profesional y de cambiar la manera de pensar, ya que el uso y aplicación de los biológicos es diferente a la de los productos sintéticos que se suelen utilizar en la agroindustria.

El moderador del segundo panel señaló que se evidenció la oportunidad que tiene Latinoamérica de posicionarse como un actor importante en la producción de bioinsumos, dado que cuenta con una infraestructura de apoyo que va a permitir el desarrollo de bioinsumos innovadores, eficaces, menos tóxicos y más compatibles con los sistemas agroindustriales. Precisó que existe una capacidad investigativa, científica y tecnológica en la región para aprovechar la biodiversidad de organismos, extractos y productos que se pueden convertir en bioinsumos. 

Se indicó en este panel que el conocimiento ancestral y la ciencia y tecnología modernas pueden generar desarrollos que beneficien a los pequeños, medianos y grandes productores de bioinsumos. Además, los sistemas agro-productivos tienen que ser resilientes y se deben pensar como un sistema de interacciones, por lo cual es una alternativa interesante que los bioinsumos puedan ser un apoyo a los mismos.

El moderador del tercer panel puntualizó que el marco regulatorio parece ser el problema. Aunque los países presentes en la Conferencia cuentan con normas y experiencia en este tema, algunos con más y otros con menos, con normas más nuevas o más viejas, parece haber una queja persistente de que hay un problema con el marco regulatorio. Dice el moderador que, si bien no podría aventurar una conclusión en este sentido, el marco regulatorio que se plantee en adelante tiene diferentes posibilidades y funciones y debe considerar distintos elementos, tales como la situación de exportación, ya que, si se quiere producir para exportar y para el consumo interno, los marcos regulatorios afectan al campesino y al productor.

Agrega que el marco regulatorio que se adapte e implemente va a tener distintos niveles y la dificultad no es en sí el marco regulatorio, sino cómo se está pensando y en qué niveles se debería implementar. La experiencia de incorporar el derecho a la alimentación también sirve, no sólo se debe hablar de seguridad, inocuidad y eficacia, ya que en estos temas hay otra transversalidad que se debe tener en cuenta. Refiere que hay un camino interesante que nos permite pensar, como Estados soberanos y como región en la cooperación regional, dado que la convergencia regulatoria es importante y nosotros tenemos que consumir y exportar entre nosotros y también hacia el mundo.

Precisa que la clave es que eventos como esta Conferencia nos sirvan para poner en discusión cómo son nuestros marcos regionales y poder avanzar sobre ello, porque si podemos unificar de alguna forma nuestros marcos y tener un mercado mucho más consolidado, ello nos permite tener una oportunidad en el mundo, entendiendo que el tema regulatorio debe tener muchas más aristas.

Por último, el moderador del cuarto panel anota que no parece haber surgido que la propiedad intelectual sea el “malo de la película”. Dice que hay una instancia en cuanto a lo que es bioinsumos en la región: en Brasil hay una rápida adopción y crecimiento constante de hectáreas donde se aplican bioinsumos y hay bioinsumos de primera generación, que ya no tienen propiedad intelectual y han sido adoptados rápidamente. 

Indica que hay muchos niveles de sofisticación de tecnologías en la región y las experiencias y las regulaciones son un mosaico en cuanto a lo que son los bioinsumos. Dentro de ese mosaico hay un par de piezas que son las de la propiedad intelectual, con patentes para ciertos bioinsumos, y hay actores que están llevando la adaptación de los procesos de agroquímicos a bioinsumos y son los que detentan estas patentes, son actores principales y empresas con alta intensidad tecnológica que están patentando en la región. Se debe prestar atención a quiénes son los que están detentando la tecnología apropiada en los próximos 15 años, especialmente en la región, porque no sabemos cómo esto puede afectar la evolución de los bioinsumos.

Añade que, quizá, hay una oportunidad de desarrollar bioinsumos no necesariamente patentados y empezar a comerciar intra-región. Tenemos una región que a veces es difícil conectar, principalmente por una barrera de territorio, porque es muy extenso. Sin embargo, tenemos que empezar a crear más vínculos y conexiones y quizá hay muchas cuestiones que pasan por el costado de la propiedad intelectual, así que hay oportunidades.

Dice que sería interesante no ver la propiedad intelectual de una manera aislada, ésta necesariamente se interrelaciona con los marcos regulatorios, pero también con otros derechos. Los derechos de propiedad intelectual no son algo supremo o absoluto, no están arriba de los demás derechos, son una herramienta para el desarrollo tecnológico y el progreso y tienen que coexistir de manera armónica con otros derechos, sobre todo con los derechos fundamentales y, entre ellos, está el derecho a la alimentación. 

Puntualiza que el gran reto es pensar si la propiedad intelectual va a poder operar como una herramienta de desarrollo para la región o como una barrera y, frente a los dos escenarios, se deben buscar soluciones o respuestas.

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