La Oficina del Superintendente General, el brazo investigador del CADE, autorizó la adquisición total de Activision Blizzard por parte de Microsoft. Aunque aprobada incondicionalmente en Brasil, la fusión aún depende de la autorización de las autoridades extranjeras de EE.UU. y la UE, entre otras.
En Brasil, la transacción implica solapamientos horizontales entre las actividades de desarrollo, publicación y distribución de videojuegos y servicios relacionados de las partes que se fusionan. El acuerdo incluye los mercados de desarrollo y publicación de juegos, distribución de juegos, publicidad en línea y merchandising.
Además, la adquisición crea o refuerza integraciones verticales y relaciones complementarias entre las industrias de publicación y distribución de juegos, publicación de juegos y consolas, y publicación de juegos y publicidad en línea. La autoridad antimonopolio planteó varios escenarios para analizar los mercados de referencia que podrían verse afectados en las dimensiones de producto y geográfica.
Los análisis mostraron que los solapamientos horizontales en los mercados de publicación de juegos, distribución de juegos, publicidad en línea y merchandising no planteaban problemas de competencia en ninguno de los escenarios analizados. Los datos revelaron que no había relación entre el acuerdo y un potencial ejercicio de poder de mercado, según los parámetros de la Resolución 33/2022 del CADE.
En cuanto a una posible exclusión del mercado en el segmento de publicación de juegos, aunque Microsoft posee una cuota significativa en los mercados de consolas de videojuegos y distribución digital, el CADE no encontró que Microsoft tuviera incentivos para impedir que los editores rivales de Activision Blizzard accedieran a sus plataformas, ya que ello implicaría una reducción de la cantidad y diversidad del catálogo de juegos de Xbox, haciendo que los productos y servicios de Microsoft fueran menos atractivos para los clientes.
Respecto posible exclusión del mercado en el mercado descendente, el análisis del organismo de investigación mostró que, a pesar de la relevancia y popularidad de los juegos de Activision Blizzard, incluso si su catálogo fuera exclusivo para el entorno de Microsoft, ello no disminuiría sustancialmente la competencia en los mercados, aunque supusiera una ventaja competitiva para Microsoft.